Es en 2002 cuando el director tinerfeño Juan Carlos Fresnadillo realiza junto al chileno Alejandro Jodorowsky el cortometraje Psicotaxi, en el que el poliédrico psicomago actúa como protagonista, si es que cabe esta categoría para un corto que lo es tanto. Es el caso, y según cuentan, que Fresnadillo asistió a una sesión de psicomagia en febrero de ese mismo año y tuvo la idea de grabar este corto en el que Jodorowsky exponía un ápice de sus famosas teorías psicológicas sanadoras. Psicotaxi fue rodada 6 años después deEsposados, ese corto con el Fresnadillo que triunfó y fue nominado a Oscar en 1996. También su última película, Intruders tiene gran relación con el cine de Jodorowsky.
El corto simplemente es una cosita de nada, sin pretensiones, un mero entretenimiento casero que a mí, en particular, me parece atractivo. No hay argumento, evidentemente; solo un hombre, A. J., que habla y habla, divagando con criterio e impartiendo siempre su magisterio, pues, como él mismo dice en la grabación: “siempre estoy hablando como dando clases, una locura” (quien lo haya seguido un poco de cerca, sabrá que esto es constatablemente cierto). De fondo, un París invernal, lluvioso. No hay más. Bueno, sí: declaraciones interesantes, curiosas, atinadas o no, pero siempre atractivas (la referente al sexo anal lo es: “yo he tratado con mi mujer de hacer el coito anal, pero ella me dice que siente como que le metieran un dedo en la nariz”, ¡suena a Allen total!; o la que se refiere a los edificios célebres de París como meras máscaras de la ciudad, también). Jodorowsky es el más ilusionado vendedor de humo que he conocido jamás, un auténtico embaucador que, paradójicamente, cree en lo que dice o al menos es lo que transmite siempre su imagen risueña, su mirada de brujo y su verbo ágil y engalanado.
Jodorowsky en su cine tengo que reconocer que no me interesa demasiado; es un cine que aburre, quiero decir que aburre hasta límites imprevistos: El topo, La montaña sagrada,Santa Sangre o Fando y Lis (que es quizá la única que yo salvo a duras penas) incluyen pasajes que adormecen hasta lo indecible, y no pasan de ser películas pretenciosas de esas que suelen incluirse en la clasificación arbitraria de “interesantes” (“no me ha gustado mucho, la he entendido a medias, pero parece interesante; un 6”). Se trata un cine muy personal, absurdo en parte, complejo, lleno de sensaciones, un medio que quiere servir a J. para materializar metafóricamente sus teorías, interesantes sin duda, como digo, si no se repitiera más que el ajo. Un cine homenajeado por Marilyn Manson, por cierto, en su último videoclip del tema "Born Villain”, adorador declarado como es de La montaña sagrada del chileno.
Lo mejor del corto es la improvisación con que está hecho, claramente sin un guión previo en el que la palabra de Jodorowsky fluye como siempre en sus conferencias, pasando de lo grave y profundo al humor más fino en unos segundos. En el fondo quizá solo sea un cachondo mental de la estirpe de Fernando Arrabal.
Juan Carlos Fresnadillo - Jodorowsky: Psicotaxi
Ángel Carrasco Sotos
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